La base de todos los resultados
del Análisis Matemático elemental es el conjunto de los
números reales, concebido como un modelo de la
continuidad. Por este motivo, para comprender de raíz
las propiedades y estructura de dicho conjunto nos parece obligado
asumir este concepto. Comenzamos, pues, con la siguiente definición:
Continuo
Una magnitud o un objeto
son continuos si son susceptibles de ser divididos indefinidamente
sin perder su carácter.
Quizás se comprenda mejor
qué es la continuidad comparándola con el concepto opuesto: lo
discreto.
Discreto
Una magnitud o un objeto
son discretos si cuando se dividen pierden su naturaleza. Es decir,
si es imposible dividirlos en magnitudes u objetos del mismo tipo
La carga eléctrica es una
magnitud discreta. En efecto, hasta ahora todas las cargas que
se conocen son múltiplos de la carga del electrón (que simbolizaremos
mediante
).
Esta carga elemental no puede dividirse para dar lugar a cargas
menores.
Las conceptos de continuo
y discreto son abstractos. En la realidad, no encontramos
objetos o magnitudes que sean de uno u otro tipo sino que interpretamos
una magnitud o un ente de manera discreta o continua según
nuestros propósitos y conocimientos (ver al respecto la observación
1).
Una descripción matemática
de entes y procesos continuos utilizará variables que entre dos
valores cualesquiera pueden adoptar un tercer valor.
Esto es razonable ya que el proceso o el objeto puede desglosarse
indefinidamente en partes que heredan las propiedades del original.
Por contra, para describir matemáticamente un objeto o un
proceso discreto utilizaremos variables que no pueden adoptar
más que unos valores dados y entre dichos valores no hay un tercero.
La siguiente tabla muestra
el número de personas que se encuentran en una parada de autobús
hora a hora a lo largo de una mañana.
Hora |
7-8 |
8-9 |
9-10 |
10-11 |
11-12 |
12-13 |
13-14 |
N º personas |
15 |
12 |
7 |
8 |
10 |
6 |
18 |
El número de personas se
considera como una variable discreta ya que no admite valores
intermedios entre dos de aquellos que toma (es decir, no es posible
encontrar 7,5 personas esperando el autobús). Por otro lado, es
razonable admitir que el tiempo debe ser una variable continua
ya que entre dos instantes parece hallarse siempre un tercero.
Las magnitudes geométricas:
longitud, superficie y volumen, se consideran desde el punto de
vista matemático como continuas. De esta forma, una recta se concibe
como un agregado de puntos tal que entre dos cualesquiera de ellos
y
hay siempre un tercero
(ver figura siguiente).

Una superficie se obtiene
como el producto cartesiano de una longitud por otra longitud.
Es decir, formamos parejas ordenadas de puntos eligiendo el primero
de la pareja en una longitud y el segundo en la otra. Esto permite
asegurar que entre dos puntos de la superficie
y
hay siempre un tercero
(ver figura
siguiente).

En el caso del volumen, el
producto cartesiano se hace entre tres longitudes y, evidentemente
también podremos asegurar la existencia de un tercer punto
entre otros dos
y
(ver figura siguiente).

El lector no debe pensar
que las longitudes, superficies y volúmenes reales tienen esta
naturaleza. Sabemos que la estructura discreta de la materia junto
con el principio de indeterminación de Heisenberg impiden alcanzar
un grado de precisión absoluta en la medida de una longitud. Por
ello, en una longitud real no es posible asegurar que entre dos
puntos haya un tercero.
Un móvil con velocidad
constante tarda 3 horas y cuarto en recorrer 200 km. ¿Cuánto tiempo
tarda en recorrer 90 km., 120 km. y 180 km.?
El espacio s recorrido
por el móvil se considera una magnitud variable continua pues
se trata de una longitud. Como el tiempo recorrido por el
móvil se considera una magnitud variable continua pues se trata
de una longitud. Como el tiempo t también es una magnitud
variable continua, se deduce que la velocidad en un movimiento
uniforme: también es una magnitud variable continua, se deduce
que la velocidad en un movimiento uniforme:

es también una magnitud variable continua.
En nuestro problema el móvil
tarda 3 horas y cuarto en recorrer 200 km., luego su velocidad
es:
Una vez sabemos su velocidad
el cálculo del tiempo se reduce al cociente
obtenido de la expresión de la velocidad. En particular,
el tiempo que tarda en recorre 90 km. es igual a

mientras que los tiempos que tarda en recorrer 120
km. y 180 km. son, respectivamente,
Los ordenadores procesan
información digital, es decir, información fundamentalmente
discontinua, como cifras o caracteres alfabéticos, en tanto
que los calculadores analógicos tratan información analógica,
de carácter esencialmente continuo, como voltajes o intensidades
eléctricas.
Los razonamientos matemáticos apoyados en la idea
de continuidad son extremadamente potentes y fértiles. Un ejemplo
de esto es la deducción de la inconmensurabilidad de la diagonal
y el lado del cuadrado.
Para medir un segmento por
medio de otro, vemos cuántas veces cabe uno dentro del otro. Esto
es sencillo si el resultado es un número exacto y no queda resto
(ver figura siguiente).

Si el segmento menor no divide
el mayor exactamente, tenemos que fijarnos en el resto. Puede
ocurrir que éste sea la mitad, la tercera parte, dos terceras
partes, u otra fracción similar del segmento que utilizamos como
medida. Si es así, tenemos una especie de medida substitutiva,
una fracción del segmento que divide exactamente aquél que estamos
midiendo y el que empleamos como medida. El nuevo segmento es
una «medida común» para los dos segmentos originales y se dice
que estos segmentos son conmensurables (ver figura siguiente).

Los primeros problemas geométricos
indudablemente comprendían una medida común. Por ejemplo, si un
rectángulo tiene los lados de 3 y 4 centímetros de longitud, por
el teorema de Pitágoras resulta que el cuadrado construido sobre
la diagonal tiene por área:
y consecuentemente la diagonal tiene
de longitud.

Puesto que el lado menor
del rectángulo y la diagonal tienen un segmento de 1 cm como medida
común, están en la proporción 3:5 (ver figura).

Es lógico ensayar lo mismo
en un cuadrado y buscar otra vez una medida común para el lado
y la diagonal. Si intentamos hacerlo, nos encontramos con un resto
(ver figura a continuación)

y nos vemos forzados a intentarlo empleando fracciones
del lado cada vez menores. La cuestión se plantea en cuanto
a la posibilidad de encontrar eventualmente una medida satisfactoria
o si simplemente no existe tal medida, es decir, si los dos segmentos
son conmensurables o inconmensurables.
Al suponer que la longitud
es una magnitud continua estamos admitiendo que se puede dividir
un segmento arbitrariamente en pequeñas secciones y no hay un
límite para estas posibles divisiones. En consecuencia, se concluye
que el lado y la diagonal de un cuadrado son inconmensurables.
Este descubrimiento se atribuye a los Pitagóricos, una sociedad
secreta del sur de Italia, acerca del cual poco se sabe con seguridad.
Según la leyenda, el pitagórico que hizo públicas estas investigaciones
pagó con su vida al perecer en un naufragio. Esto es quizá más
alegórico que real, pues es probable que se refiera a los efectos
devastadores que tuvo el descubrimiento sobre los fundamentos
del pensamiento de la época. En cualquier caso, poseemos el testimonio
del propio Platón en sus Leyes, de cómo le entusiasmó este
descubrimiento desde el momento en que lo conoció.
Para demostrar esta inconmensurabilidad
debemos empezar por observar ciertos hechos de naturaleza geométrica
elemental. Todo el razonamiento es fácilmente reconocible como
la
consecuencia de un fallido intento por encontrar
una medida común midiendo el lado sobre la diagonal y continuando
después el intento de hallar una fracción apropiada. Midamos el
lado sobre la diagonal partiendo de B (figura siguiente).
Cabe solamente una vez y podemos denominar el punto donde termina
como D. A continuación trazamos una línea DB perpendicularmente
a la diagonal y B es el punto donde corta a BC.
También unimos A y B.

Tenemos entonces el lado
AB es igual a AD y el ángulo
es
igual al ángulo
, debido
a que ambos son ángulos rectos. Por consiguiente, por uno de los
postulados de la igualdad de triángulos, los triángulos T1
y T2 son congruentes y consecuentemente, BB
y BD, siendo lados correspondientes en ambos
triángulos, son iguales. Por otra parte, el ángulo
formado por un lado del cuadrado y una diagonal, es la mitad de
un ángulo recto (
) y puesto que el ángulo
fue construido como ángulo recto, sólo queda la mitad de un ángulo
recto en el triángulo T3 para el tercer ángulo (ya que la suma
de los tres ángulos de todo triángulo tiene que ser igual a 180º).
Luego,
y T3 es un triángulo isósceles recto y sus lados BD y
CB son iguales. Combinando lo que acabamos de demostrar
tenemos: BB = BD = DC= r1.

Esto quiere decir que el
resto de la medida de la diagonal con el lado es igual a los lados
comunes del triángulo isósceles recto T3.
Tracemos ahora una perpendicular
a la diagonal partiendo de C, de longitud igual a r1
y supongamos que la longitud del lado AB es s.

Cuando unimos B
con A, resulta un cuadrado BACD
menor que el inicial. Todo el proceso anterior puede aplicarse
ahora al nuevo cuadrado, ya que el resto r1 se mide ahora
con la porción de lado BC.

Como antes
obtenemos un resto r2 y podemos escribir:

lo que implica que la diagonal AC puede expresarse
como:
.
Ahora seguimos el proceso
construyendo un nuevo cuadrado que tiene por lado r2 .
Al medir este lado r2 utilizando r1 hay un resto
r3 .

Este proceso puede seguir
indefinidamente gracias a la continuidad de la línea y, en conclusión,
no podemos hallar una medida común entre el lado y la diagonal
del cuadrado.