Por José A. Cañizo
Estas preguntas surgieron de un correo que me envió José María
Prieto Ramos y de charlas con Javier López Peña y Magdalena
Rodríguez. Sin ellos no habría tantos malabarismos ni tantos
pájaros.
Cerca de la montaña donde viven ciertos monjes que ya aparecieron en
una de estas preguntas hay un largo puente colgante que sólo es capaz
de soportar cien kilos de peso. Los monjes no tienen problema para
cruzarlo porque ninguno de ellos supera ese peso, pero un día quiso
pasar un explorador que transportaba una caja de madera con
pájaros de la región que cierta universidad quería estudiar porque
guardaban relación con una desconocida enfermedad.
El explorador, que pesaba noventa kilos junto con todo su equipo, no
tuvo problemas para pasar la primera vez, pero al volver llevaba sobre
su espalda una caja con veinte kilos de pájaros y temía romper el
puente y caer al precipicio. Se detuvo a pensar y decidió espantar a
los pájaros al comenzar a cruzar el puente, de forma que empezaran a
volar dentro de la caja (desde luego, la caja era bastante grande y
estaba completamente cerrada; no era una jaula). Razonó: ``mientras
yo cruce el puente la mayoría de los pájaros estarán volando dentro de
la caja, así que no harán peso sobre el puente y podré pasar.''
¿Podrá el explorador pasar el puente utilizando este sistema?
Por el mismo puente quiso un día pasar uno de los monjes, que
casualmente también pesaba noventa kilos, llevando tres sandías de
cuatro kilos cada una. Dándose cuenta de que, tan sólo por dos kilos,
llevaba demasiado peso, diseñó el siguiente sistema: pasaría haciendo
malabarismos con las sandías (era un monje fuerte que antes de
retirarse a la meditación trabajó en un circo ambulante), de forma que
sólo tendría como máximo dos en las manos en cada momento, y una en el
aire. Eso sumaría noventa y ocho kilos, como mucho, en cada instante,
cantidad que sabía que el puente podía soportar.
¿Es posible cruzar el puente de esta forma?